lunes, 18 de mayo de 2020

Fraude de Astudillo y Cienfuegos


Un documental mediocre sobre Ignacio M. Altamirano
Por Mario Casasús*

El 15 de mayo, para conmemorar el día del maestro, el productor David Cienfuegos difundió un documental en YouTube: “Ignacio Manuel Altamirano. Genio y figura del siglo XIX mexicano” (2020). Es una producción financiada por el gobierno de Héctor Astudillo y respaldada por El Colegio de Guerrero (institución donde trabaja Cienfuegos). Recibí la invitación para participar en el documental, me interesaba conocer a los nuevos “altamiranistas” de Guerrero, escuché la propuesta de Cienfuegos y la lista de los entrevistados. Acepté colaborar porque, según entendí, era un proyecto serio, académico y original.
El documental resultó ser una basura, nunca había visto un trabajo tan malo, mediocre, con pésima posproducción y basado en una serie de erratas impresentables. Las imágenes que acompañan al documental no corresponden con la narrativa de los entrevistados, por ejemplo: cuando la historiadora Ana María Cárabe está hablando sobre Francisco Altamirano, el papá de Ignacio M. Altamirano, aparece una fotografía de Joaquín Casasús (en un elegante frac); el resto de las imágenes están colocadas con una primitiva presentación de PowerPoint sin ton ni son (un estudiante de secundaria podría manejar con mayor destreza otros programas para editar videos), ninguna fotografía tiene créditos (la mayoría pertenecen al Archivo Casasús), incluso aparecen portadas de libros que no tienen ninguna relación con el documental: “Raíz y razón de Zapata” (1943) y “Jesús Sotelo Inclán en Morelos” (2018). Para concluir con la parte técnica de la pobre producción, algunos escenarios de los participantes son el colmo, los afortunados salieron con sus bibliotecas de fondo (en el mejor de los casos), pero otros salieron con un telón negro de fondo, como si no hubiera cualquier locación vinculada con la biografía de Altamirano o paisajes bonitos en Guerrero (elegí conceder mi entrevista sobre la locomotora 279, porque Altamirano inauguró el ferrocarril Cuautla-Ciudad de México en 1881).
La única altamiranista con libros publicados es la historiadora Ana María Cárabe y el único biógrafo altamiranista es el doctor Florencio Benítez, el resto de los entrevistados son unos completos neófitos, cometieron graves errores en sus intervenciones, desde la arrogancia de Ricardo Infante (hablando como si hubiera sido testigo del siglo XIX, aseguró que Altamirano pronunció el discurso contra la amnistía improvisando), a los lugares comunes de Humberto Santos (en el ámbito educativo), a las erratas de la poeta Frida Varinia sobre la supuesta ruptura de Porfirio Díaz y Altamirano, a la poca destreza de Gela Manzano para leer una carta de Altamirano, ¿por qué no repitieron la toma?, los nervios durante la lectura dejaron mal parado al documental, los detalles importan, entiendo que no todos estamos acostumbrados a las cámaras de cine y televisión, pero debieron ensayar la lectura de la carta de Altamirano y montar la mejor toma. Intenté elevar el debate, pero fui censurado cuando desmentí la ruptura del dictador Díaz y el diplomático Altamirano, eliminaron minutos completos de mi intervención, a pesar de que compartí una exclusiva: la relación epistolar de Altamirano y la científica Marie Curie (dato desconocido hasta ahora).
Sin embargo, toda la inexperiencia de Cienfuegos al realizar un documental la hubiera pasado por alto, son gajes del oficio, cuando un político se disfraza de cineasta. Le hubiera perdonado todo de no ser por tres invitados que arruinaron el documental: el propio Cienfuegos (cierra y abre el guión, es el héroe de la película). En literatura un antologador no debe publicar su propia poesía o los fragmentos de su narrativa, el exceso de ego es de mal gusto. La metodología debe replicarse en un documental, si planeas reunir a los “expertos” altamiranistas de Guerrero, está absolutamente fuera de lugar que el realizador salga al principio, en medio y al final de la película, sin aportar nada nuevo, Cienfuegos hizo un infomercial donde él lleva la voz cantante, es la gran estrella del show político. El segundo personaje iletrado es Mauricio Leyva (burócrata del gabinete de Guerrero), supongo que fue la cuota impuesta por el gobierno de Astudillo, este señor Leyva se ve que nunca ha leído los 24 volúmenes de Obras completas de Altamirano, no tiene caso citar sus errores, sería darle importancia a un funcionario que no supervisó en qué se gastaron los recursos públicos del Estado de Guerrero, señor Leyva: ¿cuánto costó rodar esta basura?, si usted no responde preguntaré al INAI, no es el primer proyecto que Héctor Astudillo le paga a Cienfuegos.
La cereza del pastel fue el otrora dirigente del PRI: César Camacho, un político de afamada reputación (por su corrupción), un traidor a la patria, de la estirpe carroñera de Arturo Montiel o Enrique Peña Nieto, la trinidad de los neoconservadores del Estado de México, sin duda Altamirano representa lo contrario a Camacho, Montiel y Peña. Es indignante y repugnante compartir la pantalla con César Camacho, jamás me avisaron que el documental sería una plataforma para lavarle la cara a lo peor del PRI, tampoco le avisaron a la historiadora Ana María Cárabe, ni al doctor Florencio Benítez (lo confirmé por teléfono con mis dos colegas altamiranistas), mucho menos tuvieron la cortesía con el cronista César Ortiz Triana (fue una falta de respeto invitarlo al documental y dejarlo muy pocos segundos en pantalla, con el pretexto de darle más tiempo a Camacho & Leyva).
¿Qué dijo César Camacho en el documental?, una estupidez tras otra: “Altamirano aprendió español a los 10 años” (sic), está demostrado que era mestizo, que su lengua materna era el español, que si bien tomaba clases de náhuatl con el profesor Galicia Chimalpopoca en 1869, es una enorme mentira decir que: “aprendió español a los 10 años”. ¿Por qué invitaron a César Camacho?, ¿cuáles eran sus credenciales altamiranistas?, cuando Camacho dirigía la Fundación Colosio publicó, en 2012, un refrito: la biografía de Ignacio Ramírez escrita por Ignacio M. Altamirano (con textos preliminares de Camacho & Cienfuegos), podría enumerar todos los errores de su ensayo, pero lo más absurdo fue cuando Camacho aseguró que “Altamirano se hizo liberal desde niño, por influencia de su padre” (sic). No hay ninguna fuente para sostener semejante mentira, Altamirano se hizo liberal a los 19 años, en Cuautla, durante la Revolución de Ayutla, el ignorante Camacho haría bien en leer la “Oración cívica” de Altamirano (1855), pronunciada a sus 20 años. En el texto preliminar, Camacho, sostiene que “Altamirano era indígena” (repite la misma mentira), siguiendo esa lógica escribió que ganó una beca para estudiar en el Instituto Literario de Toluca precisamente por ser indígena (el decreto para otorgar las becas en el Instituto Literario jamás menciona el requisito de ser indígena, el decreto lo publicó Víctor Ruiz Meza y lo retomó Jesús Sotelo Inclán, autores que no citaron en el prólogo de la “nueva” biografía del Nigromante). César Camacho y David Cienfuegos publicaron el refrito del refrito en 2018, para conmemorar el Bicentenario de Ignacio Ramírez, reeditaron la biografía escrita por Ignacio Manuel Altamirano con los textos preliminares de 2012.
Si pretendían publicar un digno homenaje para el Bicentenario del Nigromante, ¿por qué no buscaron entre las fuentes originales?, ¿por qué no consultaron a los herederos del archivo de Altamirano?, la familia Casasús conserva un homenaje íntimo que hizo Altamirano al morir su maestro Ramírez, es un trabajo completamente inédito, sorprendente, a la altura del Bicentenario del Nigromante, pero el hallazgo bibliográfico tendrá que esperar hasta noviembre de 2034 (Bicentenario de Altamirano). En resumen, en lugar de iniciar nuevas investigaciones, Camacho & Cienfuegos, se aprovechan del erario publicando refritos, robando los reflectores, y subiéndose al prestigio de los altamiranistas disfrazados de académicos. Insisto: ¿cuántos recursos públicos desperdiciaron en el documental?, finalmente, exijo al gobierno de Astudillo y a los productores involucrado en este fraude: RETIREN MI ENTREVISTA DEL DOCUMENTAL, ES  UNA VERGÜENZA COMPARTIR LA PANTALLA CON EL IGNORANTE Y CORRUPTO CÉSAR CAMACHO. MI TATARABUELO DEBE ESTAR REVOLCÁNDOSE EN SU TUMBA, EL GOBIERNO DE ASTUDILLO PROFANÓ LA MEMORIA DE “PAPÁ NACHO”.

*Periodista, biógrafo de Ignacio Manuel Altamirano.