Alejandra
Costamagna: “Imposible salir de la tierra
está en la misma atmósfera y densidad dramática”
Por
Mario Casasús/Clarín de Chile
Oaxaca.-
En entrevista con Clarín.cl Alejandra Costamagna
(1970), presenta la antología Imposible
salir de la tierra: “Permanentemente estoy desestabilizando los límites de lo
posible, y por otra parte los límites del cuento, quiero salir de la estructura
tradicional del cuento”. La dualidad está presente en los 11 cuentos, según la
escritora chilena: “siempre mantenemos dos polos, estamos rodeados de dos
brazos que nos llevan a lugares distintos, pero también pienso que con las
repeticiones hay algo de querer encontrar un único universo en todo el libro,
para que se pueda leer como un todo, estamos en la misma atmósfera, en la misma
densidad dramática y en la misma escenografía”.
Autora
de las novelas: En voz baja (1996), Ciudadano en retiro (1998), Cansado ya del sol (2002) y Diles que no estoy (2007). También
publicó los libros de cuentos: Malas
noches (2000), Últimos fuegos
(2005), Animales domésticos (2011) y Había una vez un pájaro (2013). La contratapa del libro
Imposible salir de la tierra (Almadía 2016) retoma la frase de
Roberto Bolaño: “Hay una generación de escritoras (chilenas) que promete
comérselo todo. A la cabeza, claramente, se destacan dos. Estas son Lina
Meruane y Alejandra Costamagna”.
La
escritora chilena participó en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca y
pagará una deuda con los lectores de la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara, el comité tapatío invitó a Costamagna en 2012, pero canceló el
viaje por problemas de salud, en 2016 regresó a México con su primer libro
publicado por Almadía y en Chile por Estruendomudo, Alejandra Costamagna
explica: “Andrea Montejo –mi agente literaria- gestionó la publicación del
libro en México, pero antes existe una versión que salió hace 2 meses con la
editorial peruana Estruendomudo,
tiene algunas diferencias con la edición de Almadía,
tiene otros cuentos, pero es la misma idea: hacer una colección de cuentos que
circulen en distintos lugares fuera de su origen”.
MC.- Alejandra,
bienvenida a México, nos quedamos esperando tu participación en la FIL
Guadalajara 2012.
AC.-
Gracias por la bienvenida, pero no pude viajar a Guadalajara en noviembre de
2012 porque me enfermé de hepatitis.
MC.- La editorial
Almadía publicó tu libro “Imposible salir de la tierra”, el primer cuento se
llama “La epidemia de Traiguén”, ¿en serio son tan sabrosos los pollos de
Traiguén?
AC.-
No lo sé, nunca los he probado, ¿y tú?
MC.- Tampoco, cuando
visité al lonko Pascual Pichún comí empanadas y compartimos un asado;
regresando a los pollos, en tus cuentos aparecen peces, patos, perros, lobos,
gorilas, hasta escarabajos, ¿por qué insistes en incorporar la fauna en tu
narrativa?
AC.-
Es curioso porque esto me remite al libro anterior: Animales domésticos, donde trabajé de forma más explícita y
conscientemente la presencia de los animales, yo pensé que ya los había sacado
a casi todos, pero veo que siguen como una obsesión inconsciente circulando por
ahí, pero hay algo que me interesa: los animales se presentan en estos relatos,
y en mi anterior libro, como una forma de pensarse frente a lo otro, es decir:
lo distinto, la alteridad, en el caso de algunos animales domésticos -no los
más salvajes- está la posibilidad de ver ciertos rasgos de lo humano que se
expresa en un cuerpo que de pronto desconocemos, mi libro está atravesado por
estas características y aspectos, uno es lo animal, pero también lo otro es que
una mujer pueda sacarse el cerebro, quiero pensar cómo desestabilizar lo que
vemos como normal.
MC.- El título de la
antología remite a las expediciones de la NASA que mencionas en dos cuentos y a
los personajes extraterrestres, ¿por qué el guiño espacial?, ¿también significa
la imposibilidad de escapar de nuestro destino después de elegir ciertas
circunstancias?
AC.-
Sí, hay muchas lecturas posibles, yo pienso en la lectura metafórica de: ¿qué
significa la tierra, lo racional y las ataduras convencionales?, lo terrenal en
el sentido de hacer una ancla, de hacer algo seguro y de pronto hay situaciones
que nos ponen en el límite, pero siempre estamos regulando y volviendo a esas
convenciones que establecemos, yo creo que es el vaivén permanente entre querer
romper las ataduras y estar tan atados a una convención que se produce ese
conflicto y choque permanente, por eso se vuelve imposible salirse, sacarse el
cerebro.
MC.- Las ataduras de
algunos personajes son familiares, no importa si son parientes consanguíneos,
adoptados o si se identifican por carencias psicológicas, ¿por qué te interesa
el vínculo familiar?
AC.-
Entra en la misma línea de romper el molde de lo que establecemos como lo
socialmente aceptado en el ámbito familiar: ¿cuál es el rol de la mujer y el
rol de los hombres?, por ejemplo, en el cuento Naturaleza muerta el tipo vive subordinado en una relación, quiero
romper esos roles duales: lo masculino y lo femenino, lo aceptado y lo no
aceptado, la conducta adecuada y la inadecuada. En Japón vemos la templanza de
los japoneses, pero al mismo tiempo está la ruptura de la templanza con la
violencia del final; permanentemente estoy desestabilizando los límites de lo
posible, y por otra parte los límites del cuento, quiero salir de la estructura
tradicional del cuento.
MC.- Leí la dualidad en
varios cuentos, al hojear tu libro pensaba en modalidad flashback: reviví la
tragedia del bebé que muere en un automóvil, mencionas dos veces un ramillete
de claveles, te refieres a dos personas como “cachorros”, dos personajes
recibieron una herencia, ¿por qué te enganchas con la dualidad de recursos
narrativos y tensiones emocionales?
AC.-
Hay varias cosas. Lo dual siempre: hay dos hermanas en varios cuentos, no es
intencional, pero cuando te hablaba de “lo otro”, es pensar que el otro que nos
habita, el animal en lo humano, siempre mantenemos dos polos, estamos rodeados
de dos brazos que nos llevan a lugares distintos, pero también pienso que con
las repeticiones hay algo de querer encontrar un único universo en todo el
libro, para que se pueda leer como un todo, estamos en la misma atmósfera, en
la misma densidad dramática y en la misma escenografía.
MC.- ¿Lo más dramático
sigue siendo la muerte?
AC.-
Sí, pero al mismo tiempo pienso la muerte nos sorprende por otra cosa, por
ejemplo, en el cuento Imposible salir de
la tierra, la muerte está desde el principio, ella se quiere suicidar desde
el primer párrafo, lo dramático sería: ¿cómo cresta conseguirlo?, ella no
encuentra un piso en el edificio para suicidarse, no puede saltar del último
piso, no puede colgarse de una soga, entonces le doy vuelta al sentido de que
la muerte no es el último click.
MC.- La mayoría de tus
personajes tienen nombre propio, a excepción de los cuentos: “Cielo raso”,
“Agujas de reloj” y “Are you ready?”, ¿por qué omites los nombres de los personajes
en tres cuentos?
AC.-
Creo que hay una convivencia de estos textos con relatos de distintos
registros, que escribí en distintas épocas y al mismo tiempo obedecen a
distintas necesidades expresivas de cada momento de escritura, me gustaba
ponerlos a dialogar entre eso: el personaje que está más anclado a la tierra y
el que se va en una volada para salir de la tierra, quería mezclar todo.
MC.- ¿Entre qué años
datan los cuentos del libro publicado por Almadía?
AC.-
Entre 2005 al 2015, diez años aproximadamente. No es que estuviera escribiendo
durante una década, son textos que al reunirlos tenían sentido para un libro,
pero algunos cuentos han sido publicados en libros y revistas, otros son
inéditos, otros surgieron al ordenar los textos, conviven los distintos
registros de la escritora que he sido entre 2005 al 2015.
MC.- La página legal de
tu libro cita a la Agencia Literaria “Ident”, ¿no enviaste la propuesta a la
editorial Almadía?
AC.-
No, en realidad Andrea Montejo –mi agente literaria- gestionó la publicación
del libro en México, pero antes existe una versión que salió hace 2 meses con
la editorial peruana Estruendomudo,
tiene algunas diferencias con la edición de Almadía,
tiene otros cuentos, pero es la misma idea: hacer una colección de cuentos que
circulen en distintos lugares fuera de su origen.
MC.- ¿Tu nuevo libro
circula en Chile?
AC.-
Ahora está circulando porque la editorial Estruendomudo
se mudó a Chile, hay una edición “.cl”
MC.- TV UNAM continúa
transmitiendo el programa “El show de los libros”, recientemente salió al aire
tu entrevista con Antonio Skármeta grabada a finales de la década de 1990…
AC.-
No me digas…
MC.- Nuestro amigo
Antonio Skármeta dijo que eras “la promesa de la literatura chilena”, recuerdo
que tú querías escribir un cuento recorriendo la ciudad de noche en un taxi,
¿abordaste algún taxi en tus primeras ficciones?
AC.-
Parece que no, ahora que lo pienso no sé (risas), recuerdo que grabamos la
entrevista con Skármeta en un taxi, creo que hay algo que no escribí
literariamente sobre un taxista, pero sí el mismo tipo de diálogos que… espera,
sí tengo un cuento sobre taxistas, se llama: “Ellos”, claro que sí, lo escribí
hace muchos años, cuento la situación de tres personajes que van en un taxi, me
parece que la ambientación es mexicana, mira cómo son las cosas, no estoy
segura, por lo menos la ambientación es ambigua y podría ser México DF, Buenos
Aires o Santiago. Las conversaciones de taxi son como las conversaciones de
bar: sin mucha racionalidad, son espontáneas porque difícilmente volverás a
encontrarte con el mismo taxista, esa atmósfera espontánea de conversación en
un bar sí está en otros cuentos.
MC.- ¿Te reconoces en
tus “pininos” literarios de 1990?
AC.-
Sí y no, mira, haciendo el ejercicio de leer mi primer libro Malas noches, no hay ninguno de esos
cuentos en Imposible salir de la tierra,
no porque no me reconozca, sino porque no estaban en la sintonía atmosférica de
lo que quería ahora. Lo que pasó con mi primera novela En voz baja (1996) fue que la editorial chilena Cuneta quería reeditar mi novela y la
volví a leer en 2013, ahí sí me desconocí, pensé: “esa no es la misma persona
que escribe ahora”, me pidieron pulir algunas cosas, pero la novela se transformó,
es la misma historia, pero está narrada desde otro lugar, está muchísimo más
concentrada, la novela se llamaba En voz
baja, pero sentí que había mucho ruido, entonces, podando y reescribiendo
quedó un cuento largo, mi editor me quería matar, publicaron el libro en Cuneta con otro título: Había una vez un pájaro.
MC.- Finalmente, ¿qué
libros comprarás en la FIL Oaxaca?
AC.-
Buena cosa, estoy buscando a un autor: Jesús Gardea. El escritor mexicano que
me gusta mucho es Salvador Elizondo, y compraré los libros de Josefina Vicens.
También me gustan mucho los autores del catálogo de Almadía y Sexto Piso.