Rose
Mary Salum: “El agua que mece el silencio
es un juego de opuestos”
Por
Mario Casasús/Clarín de Chile
Ciudad
de México.- En entrevista con Clarín.cl Rose
Mary Salum, escritora y editora, habla del libro El agua que mece el silencio: “Cuando decidí darle continuidad a
esta historia comencé a jugar un poco con los personajes que habían salido en
la primera historia, entonces les fui dando voz a los otros chicos que
participan en el cuento y comencé a imaginar cómo serían ellos, cómo hablarían,
así salió el segundo cuento, de forma visceral, relacionado con el primero, a
partir de los dos cuentos comenzaron a surgir los personajes, con un método de
la imaginación, otros personajes tomaron la voz para hablar y me di cuenta en
el tercer o cuarto cuento, que este libro tendría una interconexión,
efectivamente son cuentos, pero también habría una historia en otro nivel”. Los
personajes son adolescentes que enfrentan la guerra de medio oriente, en medio
del despertar sexual y su mundo interior.
La
directora de la revista bilingüe Literal
reflexiona sobre los personajes de su nuevo libro: “Me interesaba mucho hacer
el contraste, en un principio no fue consciente, pero después me di cuenta:
esto es muy claro, el mundo de los opuestos: el mundo de los adultos con el
mundo de los adolescentes, el mundo en paz con el mundo violento, lo que los
niños creen y lo que les imponen creer, el despertar sexual del niño frente a
un mundo donde está presente la muerte”. Rose Mary Salum presentó El agua que mece el silencio en la Feria
del Libro de Madrid (2 de junio), y lo presentará en el Centro Libanés de la
Ciudad de México (9 de junio, 19 horas).
MC.- Rose Mary, “El agua
que mece el silencio” parece una novela, repites los nombres de los personajes
en cada cuento, ¿cómo ordenaste los capítulos para no perder el hilo conductor
de tus voces narrativas?
RMS.-
Es casi como una novela, fue lo que más me costó trabajo, el primer cuento le
da nombre al libro, surgió como una narrativa muy visceral, salió de una
situación muy específica, escribí el cuento y al terminarlo dije: “me falta,
siento que estoy comenzando, de pronto eché a andar algo y lo voy a seguir”.
Cuando decidí darle continuidad a esta historia comencé a jugar un poco con los
personajes que habían salido en la primera historia, entonces les fui dando voz
a los otros chicos que participan en el cuento y comencé a imaginar cómo serían
ellos, cómo hablarían, así salió el segundo cuento, de forma visceral,
relacionado con el primero, a partir de los dos cuentos comenzaron a surgir los
personajes, con un método de la imaginación, otros personajes tomaron la voz
para hablar y me di cuenta en el tercer o cuarto cuento, que este libro tendría
una interconexión, efectivamente son cuentos, pero también habría una historia
en otro nivel que se contaría generalmente, independientemente de las
situaciones específicas de cada cuento. Acomodar los cuentos fue lo más
difícil, los dos primeros estaban fácil, pero a partir del tercer cuento
comencé a batallar, de hecho tardé mucho tiempo en terminar el libro porque me
sobraban algunos cuentos, no encontraba la forma para que funcionaran juntos,
hasta que un buen día fui a la computadora y comencé a eliminar los cuentos que
no funcionaban y el libro estaba terminado.
MC.- La mayoría de los
personajes hablan en primera persona, los silencios llegan por el flujo de
conciencia, por la introspección de la edad, ¿el adolescente habla mucho
consigo mismo?
RMS.-
La mayoría de mi narrativa tiene un tono muy intimista, estoy más interesada en
contar lo que sucede en el mundo interior que en el mundo exterior, claro,
siempre hay esta combinación de algo que sucede en el mundo exterior que detona
las situaciones que se manifiestan en el mundo interior. La primera persona me
facilita mucho la parte de poder colocarme en la situación del personaje, ser
el personaje y hablar en representación del personaje, en ese sentido, la
primera persona me sirve y permite desarrollar el mundo interior de cada
personaje; ahora, hay uno o dos cuentos que son en tercera persona, pero
siempre volcándose al mundo de la imaginación y las emociones de los
personajes, describen el mundo externo, pero se concentran en su mundo interno.
MC.- En el mundo externo
encuentras un contexto social: la guerra en medio oriente, pero los
adolescentes no están muy contaminados por la violencia, la evaden en sus
mundos interiores y con las redes sociales. ¿Por qué ubicas a los personajes en
una guerra?
RMS.-
Es cierto lo que dices: los adolescentes están menos contaminados por la
política y la violencia, tienen una visión del mundo más pura, pero la perciben
con metáforas, se dan cuentan. Eso que dices es interesantísimo porque sí hay
una intención consciente en el libro: ¿cuál es la visión de un niño que está
saliendo del mundo y lo ve por primera vez?, olvida la política, olvida las
noticias de los periódicos, olvida si la guerra en medio oriente se está
peleando en Estados Unidos, si Israel tiene una forma de ver el mundo, si los
árabes tienen otra visión. Mi punto es: ¿cómo ve el mundo un niño?, intento
buscar esa parte pura, que no ha sido tocada, casi virgen. Claro, es la
contraparte de la guerra de medio oriente que tiene que ver con una situación
tan politizada que hasta las palabras se han desgastado, si tú dices: “muro”
tiene un sentido, si dices: “barda de contención” tiene otro sentido, todas las
palabras están cargadas y a la vez están desgastadas. No ves una solución
cercana, ya ni siquiera el lenguaje está siendo efectivo, por eso regresé a
estas almas puras para ver cómo están percibiendo el mundo, quizá sea una forma
de retomar el discurso de medio oriente y decir: “toda esta política es una
imposición”.
MC.- La virginidad
adolescente llevó a los personajes a descubrir el erotismo, entre tanta muerte
está la pulsión de vida, ¿había una intención de confrontar a Eros y Tánatos?
RMS.-
Exacto, me interesaba mucho hacer el contraste, en un principio no fue consciente,
pero después me di cuenta: “esto es muy claro, el mundo de los opuestos: el
mundo de los adultos con el mundo de los adolescentes, el mundo en paz con el
mundo violento, lo que los niños creen y lo que les imponen creer, el despertar
sexual del niño frente a un mundo donde está presente la muerte”.
MC.- Me fascinó el uso
del tiempo: en una parte leemos frases con cronómetro, en otra parte deletreas
las palabras, ¿era un contrapunto del tiempo y el silencio?
RMS.-
No lo había visto, es cierto lo que dices, el tiempo está presente, sobre todo
en la voz de “Simón” que tiene una percepción casi entrecortada de su realidad,
a este personaje le falta ser elocuente, le faltan las palabras, sin embargo
siempre está determinado por el tiempo, el tiempo marca un ritmo, le da el tono
a la voz de este personaje. Ahora que lo preguntas y comienzo a elaborar el
punto: también tiene que ver con el tiempo y tu determinación en el mundo,
puede actuar a tu favor, o puedes morir en un bombardeo.
MC.- Al ser un libro
introspectivo predomina el silencio, pero “Zeina” interrumpe las conversaciones
y la dinámica…
RMS.-
Es fascinante lo que dices, hay otro juego de opuestos, está el silencio y el
juego de voces, el silencio es el silencio interno -la imposibilidad de poder
expresarse, frente a la forma de expresarse elocuentemente de “Ivette”-, además
este silencio y las voces tienen un eco en la comunidad internacional, tienen
que ver con el silencio de la comunidad
internacional respecto al conflicto en medio oriente: ¿por qué la comunidad
internacional no denuncia los horrores de la guerra?, ¿o se está diciendo mucho
y por ende han sido demasiadas voces que el lenguaje perdió efectividad?
MC.- Cuando lees tu
libro como una novela, resulta divertido seguir la pista de los adolescentes:
Ivette ama a Simón, Alberto ama a Ivette, pero sus amores platónicos cambian al
pasar las páginas, ¿por qué son tan lúdicas las relaciones de tus personajes?
RMS.-
Eso sí fue muy consciente, lo hice así porque cuando los niños están en esa
edad, entrando a la adolescencia, les gusta todo el mundo. Si tú recuerdas
cuando eras jovencito te gustaba Juanita, también te gustaba Chuchita (risas).
Y un poco, poniéndome en el contexto de los personajes, me parecía muy
verosímil que “Ivette” le gusta a “Alberto” y así sucesivamente, hay una cosa
indefinida que tiene que ver con la pureza de los niños, su sexualidad está
germinando y sus gustos no se acaban de definir.
MC.- ¿Tu libro salió publicado
en España y después en México?, ¿por qué eliges enviar tu manuscrito a Vaso
roto?
RMS.-
Sí, primero salió en España y está disponible en todas las librerías de México.
Me siento muy afortunada de publicar en Vaso
roto, es una editorial que cuida mucha la calidad de sus libros, y el 80% de
su catálogo se concentra en traducciones y poesía, estoy muy contenta por haber
salido en la colección de narrativa Umbrales.
MC.- Ante los prejuicios
que despierta el mundo musulmán, ¿qué esperas aportar con tu libro?
RMS.-
Si de algo sirve la literatura es para acceder a otras visiones del mundo, mi
libro se vuelca sobre las voces inocentes, quisiera que diera pie a una
reflexión para ver la imposición de la guerra y lo artificial del lenguaje
político. Nadie puede imponer sus creencias, a excepción de un poder coercitivo
que controle las creencias; pero la verdad, la vuelta al principio -a la
adolescencia, donde se originan las creencias y la identidad- es la intención
de mi libro y espero que el lector pueda verlo así.
MC.- Finalmente, tu
familia emigró de Líbano a México, tú emigraste a Estados Unidos y diriges una
revista bilingüe, ¿piensas traducir tu libro?, ¿qué esperas del lector
norteamericano?
RMS.-
Están traduciendo mi libro al inglés, la idea es presentarlo en Houston. ¿Qué
esperaría?, que se pueda leer sin prejuicios, es un libro que toca temas que
vienen cargados de muchos prejuicios, espero que se lea sin hacer un juicio
previo y que los lectores norteamericanos sean receptivos para ver qué tiene
que decir el libro. Ojalá, porque el tema es complicado, porque se ha dicho
demasiado al respecto en el mundo político –no en la literatura-, además en
Norteamérica te ven sin poder descifrarte, porque soy de México, pero tengo
origen libanés, te ven como un alíen, literalmente eres un extraterrestre en
Estados Unidos.