viernes, 25 de septiembre de 2015

Entrevista en El Universal MX



Amores y letras sin fronteras
Neruda, Bolaño y Mistral, dejaron huella en la historia mexicana.
Por Araceli Calva/El Universal de México

Pablo Neruda, Roberto Bolaño y Gabriela Mistral, tres ilustres chilenos que no sólo compartieron sus letras con México, sino también su amor; forjaron una relación muy especial con este país, la cual dejaron manifiesto en su literatura y en sus acciones.
Estos tres literatos llegaron a nuestra nación, provenientes del sur del continente, por diferentes circunstancias y épocas; amaron profundamente a este país, gozaban andar por sus calles, a su gente y a su cultura.
La relación de Pablo Neruda con México quedó plasmada en la historia, en sus poemas, como aquel que escribió durante su primer año en esta tierra y tituló “México” (1940).
El primer viaje del poeta a este país fue cuando lo nombraron cónsul general en México, en este periodo (1940-1943). Neruda pudo divorciarse de María Antonia Hagenaar, en Cuernavaca, Morelos, y también posteriormente contrajo nupcias con Delia del Carril, en Tetecala, Morelos, en 1943.
Luego de su fallido intento de exiliarse en nuestro país en 1948, Neruda regresó a México por segunda ocasión en 1950, con la publicación de “Canto General”, el libro fue ilustrado por sus amigos, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera.
Compañero de los muralistas mexicanos y de los intelectuales más renombrados del país, su tercera visita sucedió en 1961, y su último viaje fue en 1966, y se dedicó a visitar muchos lugares, como la Lagunilla, Cuernavaca, Tlatelolco y Teotihuacán.
En su libro de memorias, Gonzalo Martínez Corbalá, quien se desempeñaba como embajador de México en Chile en 1973, informa que tras el golpe de Estado contra Salvador Allende; Luis Echeverría le encomendó trasladar a México a Pablo Neruda, que en ese momento estaba delicado de salud a consecuencia del cáncer de próstata, pero falleció antes de abordar ese avión que lo traería a tierras mexicanas.
Pablo Neruda dejó 21 poemas y 25 textos en prosa, en donde hace referencia a México, a personajes mexicanos, como Juan Rulfo.

Roberto Bolaño. Autor de “Los detectives salvajes”, llegó a México, junto con su familia, en 1968, tenía 15 años de edad y fue inscrito a la escuela secundaria, sin embargo, no la finalizó, pero ello no fue impedimento para que tuviera una vocación: las letras.
Bolaño regresó a su país natal en 1973, fue partícipe de la resistencia previa al golpe de Estado, fue arrestado, y tras su liberación volvió a México con un anhelo, ser escritor. Vivió momentos clave en este país: el movimiento literario, su formación como lector y sus primeros pasos como periodista.
El autor comenzó a desarrollarse como periodista para la revista Plural, y también como escritor, publicó su primer libro en México, “Reinventar el amor”, editado en 1976, también la primera antología de los infrarrealistas, “Pájaro de calor”, que además es el primer libro colectivo de Bolaño, con prólogo de Juan Cervera.

Gabriela Mistral. Arribó a México en 1922, a solicitud de José Vasconcelos, para que apoyara la Reforma Educacional, señala Álvaro Valenzuela Fuenzalida, en su libro “Gabriela Mistral y la reforma educacional de José Vasconcelos”, que cuando la escritora recibió la invitación para que fuera parte de la cruzada educacional del entonces secretario de Instrucción Pública, ella todavía era figura en el plano nacional, que se había dado a conocer por la polémica en torno a sus méritos para ocupar cargos directivos escolares, que por realizaciones pedagógicas o literarias.
“Su primer libro, Desolación, aún estaba por aparecer en Nueva York (1922). No obstante, su incansable pluma ya le ha forjado una plataforma que llega hasta lejanos ámbitos del continente (en particular a Argentina) y a la lejanía de Nueva York y México”.
Durante dos años, la chilena se dedicó en cuerpo y alma a esta labor educacional en todo el país, aportó el sistema básico de enseñanza de las primeras letras en comunidades rurales y sugiere la creación de la Escuela Nocturna para los trabajadores.
Con información de Mario Casasús, periodista e investigador.

“México, con su nopal y su serpiente; México florido y espinudo, seco y huracanado, violento de dibujo y de color, violento de erupción y creación, me cubrió con su sortilegio y su luz sorpresiva. Lo recorrí por años enteros de mercado a mercado”. México, Florido y Espinudo. Pablo Neruda.

“Yo decidí ponerme a escribir a los 16 en México, y además en un instante de ruptura total, con la familia, con todo, como se hacen estas cosas”. Roberto Bolaño.

“Gracias a México por el regalo que me hizo de su niñez blanca; gracias a las aldeas indias donde viví segura y contenta, gracias al hospedaje no mercenario de las austeras casas coloniales donde fui recibida como hija”. A la otra Orilla, Gabriela Mistral.

Fuente: Suplemento especial CHILE/El Universal de México (19 de septiembre de 2015).