martes, 1 de septiembre de 2015

Centro Cultural Tlalmanco

“Nuevo museo comunitario en Tepoztlán para no perder nuestras raíces”
Por Mario Casasús

En entrevista con la Cartelera Cultural, Laura Jáuregui Renaud y Eduardo Robles Nieto, presentan el proyecto de un museo comunitario para Tepoztlán: “Vamos a exhibir objetos que datan de la época Prehispánica, la Colonia, la Reforma, los Plateados y la Revolución. No podemos quedarnos en una etapa de la historia de Tepoztlán, sería muy injusto”. La cronista Laura Jáuregui y el pintor Eduardo Robles dirigen el Centro Cultural Tlalmanco, después de años de investigación y gestión comunitaria, han acumulado la experiencia para abrir el museo en 2016: “Necesitamos rehabilitar el espacio, los gastos de construcción y remodelación de los muros correrán por nuestra cuenta, no tenemos mucho dinero, pero haremos el gasto para no pedirle favores a ninguna instancia, ni recibir condicionamientos políticos. Aceptaremos si los vecinos de Tepoztlán nos quieren apoyar con material: objetos, documentos y fotografías para las exposiciones permanentes y temporales, con el respectivo crédito para los aportes de cada familia”. Mientras tanto, los habitantes de Tepoztlán -y los turistas- pueden visitar el mural de Eduardo Robles en el Auditorio Ilhuicalli, o apreciar la ceremonia del “Reto al Tepozteco” (con el escenario y vestuario diseñado por Laura Jauregui), y participar en la tradicional ofrenda del Día de muertos en el Centro Cultural Tlalmanco.

MC.- Laura, ¿cómo relacionan las actividades del “Centro Cultural Tlalmanco” con la comunidad de Tepoztlán?
LJ.- Colaboramos en todo lo que nos pide el pueblo, con la restauración de las imágenes religiosas, la limpieza y los retoques para los estandartes de los barrios durante el carnaval, cuando nos solicitan participamos con el vestuario de la doncella y el diseño de la pirámide durante la ceremonia del “Reto al Tepozteco” (8 de septiembre), y cada año abrimos nuestra casa para montar una ofrenda en el Día de muertos. Desde que llegamos a Tepoztlán, Eduardo tuvo la visión de trabajar para su gente –él nació aquí, yo nací en DF-, al principio me costó trabajo entender las tradiciones tepoztecas, fui aprendiendo, siento que me he nutrido con los proyectos que realizamos para la comunidad, Tepoztlán es un pueblo muy rico en cultura y lo hemos descubierto a raíz de las investigaciones sobre la Colonia, la Reforma y la Revolución. El 14 de junio entregamos un artículo sobre los barrios de Tepoztlán, afortunadamente encontramos el nombre del barrio principal de 1540, nos basamos en la investigación del antropólogo Carrasco, él retomó un censo que hizo Boturini con fines tributarios en 1540, se mencionan todas las casas del barrio del “Hombre sobre piedra”, en la actualidad se observan vestigios arqueológicos en el “Cerro del hombre”. En los Archivos parroquiales conseguimos los nombres de los barrios entre 1600 y 1700, ahí vimos cómo evolucionaron los nombres de cada barrio, del náhuatl se transformaron de acuerdo a las anotaciones de los frailes; también estudiamos los cambios en los animalitos que simbolizan a los barrios y ahora investigamos los nombres antiguos de las calles de Tepoztlán.

MC.- Eduardo, abrirán un museo con los documentos y las fotografías que han recuperado, ¿será la única forma para difundir sus investigaciones ante la comunidad?, ¿no piensan editar un libro? 
ER.- No podemos quedarnos con la información, a veces se hace pública cuando mi esposa Laura imparte una conferencia, también editamos un folleto: “El Repique”, pero no hemos tenido presupuesto, ni el apoyo, para continuar con la publicación, todo el material lo tenemos en impase, tarde o temprano llegará la posibilidad de publicar un libro sobre la vida del general Leobardo Galván –es una biografía muy importante para mí, porque provengo de la familia Galván-, hemos decidido que la información no se quedará regada por ahí, vamos a ver la forma para publicar todo lo que hemos encontrado. La historia de la familia Galván viene desde 1890, cuando se van a vivir al Distrito Federal y posteriormente regresan a Tepoztlán, tenían lazos muy estrechos con la comunidad; hasta el año 1800 los naturales del pueblo no tenían un apellido mestizo, sino se referían por el nombre del predio donde habitaban, por ejemplo: Ignacio “Coyulan” (“lugar de coyotes”, en el terreno “Coyulan” nació Leobardo Galván). El proyecto que tenemos para abrir un museo, será para dar a conocer a la gente de Tepoztlán y a los visitantes, toda la riqueza histórica y cultural, con las leyendas y tradiciones que hay en el pueblo, para que no se pierdan nuestras raíces; pretendemos hacer el museo en el predio “Coyulan”.

MC.- Laura, al impartir las conferencias, tú estás en contacto con las reacciones de la comunidad, ¿han logrado desmitificar la historia local?, ¿establecen diálogos con los académicos y los cronistas de Morelos?
LJ.- Desde un principio digo: “yo soy chismosa, no soy historiadora ni antropóloga, pero me gusta saber”, en mis conferencias únicamente presento los documentos que he encontrado, cargo con apuntes y libros por si alguien me refuta un dato; lo que hago es recopilar, trabajar la información y presentarla. Es la metodología que utilizamos en la biografía del general Leobardo Galván, el doctor John Womack publicó en el libro Zapata y la Revolución mexicana: “Galván era abogado”, así que fuimos a buscar en el Archivo Histórico de la UNAM, pedimos los expedientes de la Escuela de Jurisprudencia de la época, encontramos a Soto y Gama, en la UNAM se conservan los expedientes escolares de una infinidad de personajes, pero Galván no está en los registros porque no fue abogado, le escribimos al doctor Womack (profesor de Historia en la Universidad de Harvard), al leer nuestros argumentos reconoció su error en una carta privada. A todos nos pasa, cuando los científicos sociales hacen una investigación a veces tienen que caer en un error para llegar a la verdad histórica, a nosotros nos ha pasado que llega la gente y nos cuenta una historia, pero al pedirles las pruebas o documentos que acrediten sus historias, nos dicen: “lo sé, porque me lo contó mi abuelita”, por nuestra cuenta investigamos en archivos y libros para poder ubicar al personaje, hasta ir descartando o confirmando los “relatos de familia”, hay quien acepta y quienes no aceptan las evidencias. En el caso de Leobardo Galván, demostramos con documentos que era oriundo de Tepoztlán, que en 1913 acompañó a Otilio Montaño en la Revolución y que fue el único morelense en la Convención de Aguascalientes (1914).

MC.- Eduardo, ¿qué objetos incorporarán en la curaduría del museo?
ER.- Hemos encontrados muchas fotografías del general Leobardo Galván del archivo familiar y en la Fototeca Nacional, hemos encontrado documentos en la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) que permiten demostrar que el general Galván fue el primer periodista en publicar el Plan de Ayala en el “Diario del Hogar”, como te comentó Laura: “Leobardo Galván no era abogado, era periodista”. En el Archivo Gildardo Magaña encontramos documentos sobre la Convención de Aguascalientes con referencias sobre el general Galván, incluso aparece en una fotografía junto a 12 delegados de la Convención de Aguascalientes, ahora sabemos que Emiliano Zapata otorgó el grado de coronel a Leobardo Galván, y en 1913, Zapata lo promovió al rango de general. En el museo tendremos un centro de documentación y un espacio para la consulta de archivos fotográficos.

MC.- ¿La exposición museográfica será itinerante?
LJ.- Sí, hemos montado las fotografías y los documentos en algunas escuelas del Distrito Federal, y en la sala de Exposiciones temporales del Museo Casa de Morelos, que dirige el antropólogo Carlos Barreto Mark. Eduardo instaló un mural que pintó con los rostros de Emiliano Zapata y los revolucionarios tepoztecos, al terminar la exposición en el Museo Histórico de Cuautla, nos llevamos el mural con la intención de montarlo en Milpa Alta y Tepoztlán. En la actualidad está instalado en el Auditorio Municipal Ilhuicalli.

MC.- ¿Cuántas fotografías exhibirán en el museo?, ¿podrías contarnos el detrás de cámaras de las imágenes más importantes?
ER.- Son varias fotografías, en una imagen están el general Galván, Agustín Casasola y Emiliano Zapata; en otra foto están Zapata y Galván al interior de una casa; en el pie de la fotografía “número 4713” del Sistema Nacional de Fototecas dice: “Zapata entregando un documento”, pero no identificaron a Leobardo Galván, es el personaje que recibe el documento de manos de Zapata. En la fotografía histórica de Pancho Villa y Emiliano Zapata en Palacio Nacional, aparece Arnulfo Velasco Galván (sobrino del general), conservamos su cámara fotográfica con el estuche original, cuando hemos exhibido la fotografía de Emiliano Zapata y Pancho Villa (en la Silla del Águila), montamos la cámara del mayor Arnulfo Velasco Galván en un cubo transparente.

MC.- Laura, ¿cómo describirías la historia del funeral y la exhumación del general Leobardo Galván? 
LJ.- Leobardo Galván pasaba mucho tiempo en Milpa Alta, el 21 de marzo de 1917 falleció durante un enfrentamiento, su amigo José Campos trasladó el cadáver por las montañas hasta Tepoztlán y lo presentó ante las autoridades, los integrantes del cabildo decidieron sepultarlo en un lugar digno para el general Galván: el interior del convento de la Natividad (en las gavetas de un muro). Al regresar a Tepoztlán no podíamos ubicar la tumba del tío abuelo de Eduardo, hasta que comenzamos la investigación sobre el general Galván, llevamos su acta de defunción y fuimos a preguntar al museo del convento (administrado por el INAH), pero nos dijeron: “Aquí nunca hubo nada”, entonces: ¿quién se equivocó?, ¿el registro civil?, ante la negativa de las autoridades locales, acudimos al diputado Félix Rodríguez, nos ayudó a presentar un reclamo y por “arte de magia” nos mandaron llamar a la Delegación del INAH en Morelos, en la reunión estuvieron las dos arqueólogas que hicieron la restauración del convento, su actitud cambió, nos dijeron: “No sabemos”, pasaron del “Aquí nunca hubo nada” al “No sabemos”. El INAH debe aceptar que en el convento están enterrados los restos del general Galván y de otros revolucionarios de Tepoztlán. Si en su momento los revolucionarios fueron reconocidos por la comunidad y las autoridades municipales, yo no veo la lógica para que los directivos y arqueólogos del INAH se tomen el derecho de exhumar los restos de estos personajes sin avisar a sus familiares, ¿quiénes son los funcionarios del INAH para decidir si los revolucionarios tienen los méritos para continuar sepultados en el convento?, ¿con qué derecho pueden desaparecer los restos mortales?, ¿dónde están?, ¿qué hicieron con los huesos y las pertenencias de los revolucionarios?, las instituciones son producto de la Revolución, pero esas instituciones no protegen sus orígenes; el INAH debe respetar a los muertos y notificar a los familiares cuando realizan una exhumación.

MC.- Eduardo, el INAH entendió al revés el concepto: “desenterrar el pasado”, decidieron “ocultar el pasado”; siendo sobrino de Galván, ¿qué opinas ante la exhumación del INAH?
ER.- El mayor logro que podemos obtener después de tantos años investigando, sería que aparezcan los restos y darles una sepultura digna, el general Galván entregó todo a la Revolución a cambio de nada, la familia Galván sobrevivió en circunstancias muy difíciles en la ciudad de México y Tepoztlán. Una forma digna de recordar al general Galván y tenerlo presente será acondicionar su casa como museo, es lo que pretendemos con nuestro proyecto comunitario.

MC.- Son especialistas en las biografías de los revolucionarios de Tepoztlán, ¿el museo será monotemático?
ER.- Extendemos los temas conforme vamos investigando, al ir escarbando van creciendo nuestros temas por estudiar, lejos de encontrar los orígenes surgen nuevos enigmas. El museo no se limitará a presentar la historia del general Leobardo Galván, vamos a exhibir objetos que datan de la época Prehispánica, la Colonia, la Reforma, los Plateados y la Revolución. No podemos quedarnos en una etapa de la historia de Tepoztlán, sería muy injusto.

MC.- Finalmente, ¿cuándo tienen planeado inaugurar el museo en el predio Coyulan?
ER.- Primero tenemos que concretar el comodato del terreno, porque es propiedad de mi familia, estoy al frente de la administración del terreno, no es imposible ponernos de acuerdo. Posteriormente tenemos que tramitar los permisos con el ayuntamiento, la Secretaría de Cultura, o el INAH, para oficializar los documentos del proyecto. Necesitamos rehabilitar el espacio, los gastos de construcción y remodelación de los muros correrán por nuestra cuenta, no tenemos mucho dinero, pero haremos el gasto para no pedirle favores a ninguna instancia, ni recibir condicionamientos políticos. Aceptaremos si los vecinos de Tepoztlán nos quieren apoyar con material: objetos, documentos y fotografías para las exposiciones permanentes y temporales, con el respectivo crédito para los aportes de cada familia. Ahora estamos limpiando el terreno, según mis cálculos: a principios del próximo año vamos a inaugurar la primera etapa del museo, porque el 21 de marzo de 2017 conmemoramos el centenario luctuoso de Leobardo Galván.