“Nuevo
museo comunitario en Tepoztlán para no perder nuestras raíces”
Por
Mario Casasús
En
entrevista con la Cartelera Cultural,
Laura Jáuregui Renaud y Eduardo Robles Nieto, presentan el proyecto de un museo
comunitario para Tepoztlán: “Vamos a exhibir objetos que datan de la época
Prehispánica, la Colonia, la Reforma, los Plateados y la Revolución. No podemos
quedarnos en una etapa de la historia de Tepoztlán, sería muy injusto”. La
cronista Laura Jáuregui y el pintor Eduardo Robles dirigen el Centro Cultural
Tlalmanco, después de años de investigación y gestión comunitaria, han
acumulado la experiencia para abrir el museo en 2016: “Necesitamos rehabilitar
el espacio, los gastos de construcción y remodelación de los muros correrán por
nuestra cuenta, no tenemos mucho dinero, pero haremos el gasto para no pedirle
favores a ninguna instancia, ni recibir condicionamientos políticos.
Aceptaremos si los vecinos de Tepoztlán nos quieren apoyar con material: objetos,
documentos y fotografías para las exposiciones permanentes y temporales, con el
respectivo crédito para los aportes de cada familia”. Mientras tanto, los
habitantes de Tepoztlán -y los turistas- pueden visitar el mural de Eduardo
Robles en el Auditorio Ilhuicalli, o apreciar la ceremonia del “Reto al
Tepozteco” (con el escenario y vestuario diseñado por Laura Jauregui), y
participar en la tradicional ofrenda del Día de muertos en el Centro Cultural
Tlalmanco.
MC.- Laura, ¿cómo
relacionan las actividades del “Centro Cultural Tlalmanco” con la comunidad de
Tepoztlán?
LJ.-
Colaboramos en todo lo que nos pide el pueblo, con la restauración de las
imágenes religiosas, la limpieza y los retoques para los estandartes de los
barrios durante el carnaval, cuando nos solicitan participamos con el vestuario
de la doncella y el diseño de la pirámide durante la ceremonia del “Reto al
Tepozteco” (8 de septiembre), y cada año abrimos nuestra casa para montar una
ofrenda en el Día de muertos. Desde que llegamos a Tepoztlán, Eduardo tuvo la
visión de trabajar para su gente –él nació aquí, yo nací en DF-, al principio
me costó trabajo entender las tradiciones tepoztecas, fui aprendiendo, siento
que me he nutrido con los proyectos que realizamos para la comunidad, Tepoztlán
es un pueblo muy rico en cultura y lo hemos descubierto a raíz de las
investigaciones sobre la Colonia, la Reforma y la Revolución. El 14 de junio entregamos
un artículo sobre los barrios de Tepoztlán, afortunadamente encontramos el
nombre del barrio principal de 1540, nos basamos en la investigación del
antropólogo Carrasco, él retomó un censo que hizo Boturini con fines
tributarios en 1540, se mencionan todas las casas del barrio del “Hombre sobre
piedra”, en la actualidad se observan vestigios arqueológicos en el “Cerro del
hombre”. En los Archivos parroquiales conseguimos los nombres de los barrios
entre 1600 y 1700, ahí vimos cómo evolucionaron los nombres de cada barrio, del
náhuatl se transformaron de acuerdo a las anotaciones de los frailes; también
estudiamos los cambios en los animalitos que simbolizan a los barrios y ahora
investigamos los nombres antiguos de las calles de Tepoztlán.
MC.- Eduardo, abrirán un
museo con los documentos y las fotografías que han recuperado, ¿será la única
forma para difundir sus investigaciones ante la comunidad?, ¿no piensan editar
un libro?
ER.-
No podemos quedarnos con la información, a veces se hace pública cuando mi
esposa Laura imparte una conferencia, también editamos un folleto: “El Repique”,
pero no hemos tenido presupuesto, ni el apoyo, para continuar con la
publicación, todo el material lo tenemos en impase, tarde o temprano llegará la
posibilidad de publicar un libro sobre la vida del general Leobardo Galván –es
una biografía muy importante para mí, porque provengo de la familia Galván-,
hemos decidido que la información no se quedará regada por ahí, vamos a ver la
forma para publicar todo lo que hemos encontrado. La historia de la familia
Galván viene desde 1890, cuando se van a vivir al Distrito Federal y
posteriormente regresan a Tepoztlán, tenían lazos muy estrechos con la
comunidad; hasta el año 1800 los naturales del pueblo no tenían un apellido
mestizo, sino se referían por el nombre del predio donde habitaban, por
ejemplo: Ignacio “Coyulan” (“lugar de coyotes”, en el terreno “Coyulan” nació
Leobardo Galván). El proyecto que tenemos para abrir un museo, será para dar a
conocer a la gente de Tepoztlán y a los visitantes, toda la riqueza histórica y
cultural, con las leyendas y tradiciones que hay en el pueblo, para que no se
pierdan nuestras raíces; pretendemos hacer el museo en el predio “Coyulan”.
MC.- Laura, al impartir
las conferencias, tú estás en contacto con las reacciones de la comunidad, ¿han
logrado desmitificar la historia local?, ¿establecen diálogos con los
académicos y los cronistas de Morelos?
LJ.-
Desde un principio digo: “yo soy chismosa, no soy historiadora ni antropóloga,
pero me gusta saber”, en mis conferencias únicamente presento los documentos que
he encontrado, cargo con apuntes y libros por si alguien me refuta un dato; lo
que hago es recopilar, trabajar la información y presentarla. Es la metodología
que utilizamos en la biografía del general Leobardo Galván, el doctor John
Womack publicó en el libro Zapata y la
Revolución mexicana:
“Galván era abogado”, así que fuimos a buscar en el Archivo Histórico de la
UNAM, pedimos los expedientes de la Escuela de Jurisprudencia de la época,
encontramos a Soto y Gama, en la UNAM se conservan los expedientes escolares de
una infinidad de personajes, pero Galván no está en los registros porque no fue
abogado, le escribimos al doctor Womack (profesor de Historia en la Universidad
de Harvard), al leer nuestros argumentos reconoció su error en una carta
privada. A todos nos pasa, cuando los científicos sociales hacen una
investigación a veces tienen que caer en un error para llegar a la verdad
histórica, a nosotros nos ha pasado que llega la gente y nos cuenta una
historia, pero al pedirles las pruebas o documentos que acrediten sus
historias, nos dicen: “lo sé, porque me lo contó mi abuelita”, por nuestra
cuenta investigamos en archivos y libros para poder ubicar al personaje, hasta
ir descartando o confirmando los “relatos de familia”, hay quien acepta y
quienes no aceptan las evidencias. En el caso de Leobardo Galván, demostramos
con documentos que era oriundo de Tepoztlán, que en 1913 acompañó a Otilio
Montaño en la Revolución y que fue el único morelense en la Convención de
Aguascalientes (1914).
MC.- Eduardo, ¿qué
objetos incorporarán en la curaduría del museo?
ER.-
Hemos encontrados muchas fotografías del general Leobardo Galván del archivo
familiar y en la Fototeca Nacional, hemos encontrado documentos en la
Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) que permiten demostrar que el
general Galván fue el primer periodista en publicar el Plan de Ayala en el
“Diario del Hogar”, como te comentó Laura: “Leobardo Galván no era abogado, era
periodista”. En el Archivo Gildardo Magaña encontramos documentos sobre la Convención
de Aguascalientes con referencias sobre el general Galván, incluso aparece en
una fotografía junto a 12 delegados de la Convención de Aguascalientes, ahora
sabemos que Emiliano Zapata otorgó el grado de coronel a Leobardo Galván, y en
1913, Zapata lo promovió al rango de general. En el museo tendremos un centro
de documentación y un espacio para la consulta de archivos fotográficos.
MC.- ¿La exposición
museográfica será itinerante?
LJ.-
Sí, hemos montado las fotografías y los documentos en algunas escuelas del
Distrito Federal, y en la sala de Exposiciones temporales del Museo Casa de
Morelos, que dirige el antropólogo Carlos Barreto Mark. Eduardo instaló un
mural que pintó con los rostros de Emiliano Zapata y los revolucionarios
tepoztecos, al terminar la exposición en el Museo Histórico de Cuautla, nos
llevamos el mural con la intención de montarlo en Milpa Alta y Tepoztlán. En la
actualidad está instalado en el Auditorio Municipal Ilhuicalli.
MC.- ¿Cuántas fotografías
exhibirán en el museo?, ¿podrías contarnos el detrás de cámaras de las imágenes
más importantes?
ER.-
Son varias fotografías, en una imagen están el general Galván, Agustín Casasola
y Emiliano Zapata; en otra foto están Zapata y Galván al interior de una casa; en
el pie de la fotografía “número 4713” del Sistema Nacional de Fototecas dice:
“Zapata entregando un documento”, pero no identificaron a Leobardo Galván, es el
personaje que recibe el documento de manos de Zapata. En la fotografía
histórica de Pancho Villa y Emiliano Zapata en Palacio Nacional, aparece
Arnulfo Velasco Galván (sobrino del general), conservamos su cámara fotográfica
con el estuche original, cuando hemos exhibido la fotografía de Emiliano Zapata
y Pancho Villa (en la Silla del Águila), montamos la cámara del mayor Arnulfo
Velasco Galván en un cubo transparente.
MC.- Laura, ¿cómo
describirías la historia del funeral y la exhumación del general Leobardo Galván?
LJ.-
Leobardo Galván pasaba mucho tiempo en Milpa Alta, el 21 de marzo de 1917
falleció durante un enfrentamiento, su amigo José Campos trasladó el cadáver por
las montañas hasta Tepoztlán y lo presentó ante las autoridades, los
integrantes del cabildo decidieron sepultarlo en un lugar digno para el general
Galván: el interior del convento de la Natividad (en las gavetas de un muro). Al
regresar a Tepoztlán no podíamos ubicar la tumba del tío abuelo de Eduardo,
hasta que comenzamos la investigación sobre el general Galván, llevamos su acta
de defunción y fuimos a preguntar al museo del convento (administrado por el
INAH), pero nos dijeron: “Aquí nunca hubo nada”, entonces: ¿quién se equivocó?,
¿el registro civil?, ante la negativa de las autoridades locales, acudimos al
diputado Félix Rodríguez, nos ayudó a presentar un reclamo y por “arte de magia”
nos mandaron llamar a la Delegación del INAH en Morelos, en la reunión
estuvieron las dos arqueólogas que hicieron la restauración del convento, su
actitud cambió, nos dijeron: “No sabemos”, pasaron del “Aquí nunca hubo nada”
al “No sabemos”. El INAH debe aceptar que en el convento están enterrados los
restos del general Galván y de otros revolucionarios de Tepoztlán. Si en su
momento los revolucionarios fueron reconocidos por la comunidad y las
autoridades municipales, yo no veo la lógica para que los directivos y
arqueólogos del INAH se tomen el derecho de exhumar los restos de estos
personajes sin avisar a sus familiares, ¿quiénes son los funcionarios del INAH
para decidir si los revolucionarios tienen los méritos para continuar
sepultados en el convento?, ¿con qué derecho pueden desaparecer los restos
mortales?, ¿dónde están?, ¿qué hicieron con los huesos y las pertenencias de
los revolucionarios?, las instituciones son producto de la Revolución, pero
esas instituciones no protegen sus orígenes; el INAH debe respetar a los
muertos y notificar a los familiares cuando realizan una exhumación.
MC.- Eduardo, el INAH
entendió al revés el concepto: “desenterrar el pasado”, decidieron “ocultar el
pasado”; siendo sobrino de Galván, ¿qué opinas ante la exhumación del INAH?
ER.-
El mayor logro que podemos obtener después de tantos años investigando, sería
que aparezcan los restos y darles una sepultura digna, el general Galván
entregó todo a la Revolución a cambio de nada, la familia Galván sobrevivió en
circunstancias muy difíciles en la ciudad de México y Tepoztlán. Una forma
digna de recordar al general Galván y tenerlo presente será acondicionar su
casa como museo, es lo que pretendemos con nuestro proyecto comunitario.
MC.- Son especialistas
en las biografías de los revolucionarios de Tepoztlán, ¿el museo será
monotemático?
ER.-
Extendemos los temas conforme vamos investigando, al ir escarbando van
creciendo nuestros temas por estudiar, lejos de encontrar los orígenes surgen nuevos
enigmas. El museo no se limitará a presentar la historia del general Leobardo Galván,
vamos a exhibir objetos que datan de la época Prehispánica, la Colonia, la
Reforma, los Plateados y la Revolución. No podemos quedarnos en una etapa de la
historia de Tepoztlán, sería muy injusto.
MC.- Finalmente, ¿cuándo
tienen planeado inaugurar el museo en el predio Coyulan?
ER.-
Primero tenemos que concretar el comodato del terreno, porque es propiedad de
mi familia, estoy al frente de la administración del terreno, no es imposible
ponernos de acuerdo. Posteriormente tenemos que tramitar los permisos con el
ayuntamiento, la Secretaría de Cultura, o el INAH, para oficializar los
documentos del proyecto. Necesitamos rehabilitar el espacio, los gastos de
construcción y remodelación de los muros correrán por nuestra cuenta, no
tenemos mucho dinero, pero haremos el gasto para no pedirle favores a ninguna
instancia, ni recibir condicionamientos políticos. Aceptaremos si los vecinos
de Tepoztlán nos quieren apoyar con material: objetos, documentos y fotografías
para las exposiciones permanentes y temporales, con el respectivo crédito para
los aportes de cada familia. Ahora estamos limpiando el terreno, según mis
cálculos: a principios del próximo año vamos a inaugurar la primera etapa del
museo, porque el 21 de marzo de 2017 conmemoramos el centenario luctuoso de
Leobardo Galván.