Jorge
Volpi: “Abraham es el primer proxeneta documentado por la Biblia”
Por
Mario Casasús/La Jornada Morelos
Guadalajara.-
En entrevista con La Jornada Morelos,
Jorge Volpi (1968), presenta Las elegidas,
novela adaptada al cine y la ópera, a través de la ficción denuncia el tráfico
de mujeres de Tenancingo a San Ysidro: “La historia ocurre en los campos de
fresas del sur de California donde son explotadas estas mujeres por
trabajadores indocumentados mexicanos que cultivan las fresas, a partir de ahí
era inevitable la asociación -que ya estaba en la ópera- entre las mujeres y
las fresas”. El escritor del Crack
investigó la violencia de género: “Estuve leyendo muchos casos, algunos sobre
la transnacionalización de las bandas de Tenancingo a Estados Unidos, varias
bandas han sido desmanteladas en el sur de California, en Chicago, Los Ángeles,
Nueva York y Atlanta. Durante mucho tiempo los criminales más buscados por
tráfico de mujeres en Estados Unidos eran de Tenancingo, esto habla de una
realidad muy clara, estuve investigando, no es una novela histórica, ni un
reportaje, ninguno de los personajes está basado directamente de la realidad,
pero sí en el fenómeno como tal”. Las
elegidas (Alfaguara, 2015) es una novela escrita en verso, con letanías y
referencias bíblicas.
LJM.- Jorge, en “Las
elegidas” destacan las voces narrativas entre poemas y letanías, ¿desde el
inicio habías pensando en una estructura en verso?
JV.-
Es un proyecto muy peculiar, porque surge de varias experiencias con varios
artistas distintos, en realidad, lo primero que quise hacer con esta historia
fue un guión de cine, finalmente el guión fue comprado por Canana, el director David Pablos fue comisionado para hacerla,
empezamos a trabajar juntos; de la historia original él la llevó a otros lados,
pero conservando este mundo que se refiere al tráfico de mujeres, paralelamente
la Universidad de San Diego California me comisionó el libreto para una ópera
binacional, me pareció que esta historia también podría ser interesante
contarla así, la ópera se presentó en el Teatro Diana de Guadalajara, la ópera
se llama Cuatro corridos pero es el
mismo centro de la historia y estaba escrita en verso, cuando finalmente quise
regresar para darle una forma literaria, de pronto se volvió natural pensar en llevar
hasta sus últimas consecuencias la idea de una novela en verso, lírica.
LJM.- En tu novela, las
letanías no llevan signos de puntuación, a diferencia de los versos y los
pasajes, ¿qué buscabas al experimentar con una prosa poética?
JV.-
Exacto, yo quería que fuera una novela muy polifónica, muy coral, mientras que
en la ópera en realidad son cuatro monólogos de cuatro mujeres que participan
en la historia, aquí nos enfocamos a que tuviera varios puntos de vista; por un
lado está una especie de narración general en verso, por el otro lado hay una
serie de escenas que hacen referencias al origen de la película –que también se
llama Las elegidas-, por eso imaginamos las escenas como si estuvieran siendo filmadas
en ese momento; por otra parte, de un monólogo de la ópera, que es la
declaración de la víctima frente a la policía, surge la serie de letanías que
tiene esta otra escritura –en alguna medida en verso-, aunque en este caso
parece una prosa poética desprovista de signos de puntuación, porque se trata
de ese desfogue y desahogo de las mujeres que por fin adquieren voz después de
haber sido silenciadas en toda la historia.
LJM.- El personaje de la
mujer policía que escucha a las víctimas “testifica”, la letanía tiene una
resonancia religiosa, también retomas un epígrafe del Génesis, ¿por qué
reinterpretas una historia de la Biblia?
JV.-
Desde el primer momento que comencé a investigar el tráfico de mujeres en
Tenancingo, de pronto recordé la historia de Sara en la Biblia, yo creo que
Abraham es el primer padrote documentado, porque finge que su esposa no era su
esposa, sino su hermana, para dársela al faraón y recibir una enorme cantidad
de riquezas, para colmo Dios castiga al faraón –es paradójico porque en
realidad fue Abraham quien vendió a su esposa-, de ahí derivó todo el
componente bíblico que está presente también en la novela, porque replica la
historia de Abraham, Sara y sus hijas, se convierten en personajes.
LJM.- Al mismo tiempo, el
escritor Sergio Ramírez publicó la novela “Sara”
JV.-
Me parece una coincidencia fantástica que la misma historia de Sara fuera
retomada por Sergio Ramírez en su novela Sara
(Alfaguara, 2015) que yo presenté en la FIL Guadalajara, justamente por mi
amistad con Sergio y por la coincidencia de nuestras novelas.
LJM.- Encontré otros
referentes bíblicos: las 30 monedas al traidor, la prohibición de mirar atrás y
el narrador de “Las elegidas” parece que lee versículos de la Biblia…
JV.-
Exacto, así está pensando, es una reelaboración del pasaje bíblico en el México
de nuestros días y en la frontera con Estados Unidos. Incluso el personaje del
“anciano padre” que insulta al protagonista, también le dice que tiene que
sacrificar a su hijo y que se tienen que ir, de alguna manera es casi la voz de
Dios, de Yahvé.
LJM.- En los capítulos
9, 43, y 79 intercalas las palabras “fresas”, “hembras” y “cuerpos”, ¿por qué
juegas con los aforismos?
JV.-
La historia ocurre en los campos de fresas del sur de California donde son
explotadas estas mujeres por trabajadores indocumentados mexicanos que cultivan
las fresas, a partir de ahí era inevitable la asociación -que ya estaba en la
ópera- entre las mujeres y las fresas, de ahí viene esta manera de hablar de
las fresas que después se convierten en las mujeres y luego sólo en los cuerpos
de las mujeres, se convierten en cosas, productos y mercancías.
LJM.- ¿Fue difícil
iniciar una investigación sobre el tráfico de mujeres de Tenancingo a
California?
JV.-
Hay mucha información sobre Tenancingo, estuve leyendo muchos casos, algunos
sobre la transnacionalización de las bandas de Tenancingo a Estados Unidos,
varias bandas han sido desmanteladas en el sur de California, en Chicago, Los
Ángeles, Nueva York y Atlanta. Durante mucho tiempo los criminales más buscados
por tráfico de mujeres en Estados Unidos eran de Tenancingo, esto habla de una
realidad muy clara, estuve investigando, no es una novela histórica, ni un
reportaje, ninguno de los personajes está basado directamente de la realidad,
pero sí en el fenómeno como tal.
LJM.- El único personaje
de tu novela que tiene el nombre de un proxeneta de Tenancingo es “Luciano Salazar”.
JV.-
Exacto, pero más allá de eso no.
LJM.- “Las elegidas” es
una ficción muy sofisticada, dudo que lean tu libro los traficantes de
Tenancingo y le ponga precio a tu cabeza, ¿qué tipo de reacciones despertó tu
novela?
JV.-
Fuera de un par de insultos que me llegaron por twitter, por gente de Tenancingo, fuera de ello nada, son los
primeros meses de la novela. Creo que vieron notas en la prensa, sin haber
leído el libro, sin haber visto la película y sin haber escuchado la ópera.
LJM.- ¿Cuándo se estrenó
la película?
JV.-
La película se estrenó en el Festival de Cannes y en el Festival de Morelia de
2015, se estrenará comercialmente en los cines de México en 2016.
LJM.- ¿Te involucraste
en el rodaje de la película?
JV.-
Estuve en las filmaciones y acompañé al director en la presentación de la
película en el Festival de Cannes.
LJM.- Finalmente, no
había escuchado una ópera en Guadalajara desde que Carlos Fuentes estrenó “Santa
Anna” (2008), quisiera cerrar nuestra charla con el recuerdo de Fuentes y su
pasión por la ópera, ¿te hubiera gustado que Carlos conociera la partitura de
Cuatro corridos?
JV.-
Me hubiera gustado muchísimo, Carlos era un amante de la ópera, muchas veces
teníamos sesiones donde nos poníamos a cantar fragmentos de ópera, porque él
sabía óperas completas de memoria, en las últimas veces que lo vi, en Francia
le hicieron un homenaje, después de la cena terminamos cantando dúos de ópera,
por supuesto Carlos está muy ligado con este mundo.