“Sin tipografía será un
concierto electroacústico y poético”
Por
Mario Casasús
En
entrevista telefónica con la Cartelera
Cultural, Genaro Patraka presenta su disco Salmón de asfalto: “Es
la metáfora que describe al inmigrante de cualquier parte del mundo.
Las fronteras son humanas, lo más cabrón es ser inmigrante dentro de
sí, no puedes fugarte de ti, podrás ser tu reo fugitivo, pero ¿por cuánto
tiempo?”. El viernes 17 de julio compartirá escenario con varios músicos en la
sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda,
durante el estreno del concierto Sin
tipografía. Genaro Patraka tiene una estrecha relación con Morelos desde
hace 20 años: “Venía entonces a Cuernavaca y escuchaba cantar a Leonel Soto,
Alfonso Maya, Kristos Lezama, Alejandro Chávez El Twinky, los veía y decía: cuando sea grande no
quiero ser como ellos (risas). Me gusta lo que escriben, lo que dicen
sus canciones, sin pretensión, ni alevosía. Es por ellos que conozco
Cuernavaca y más de sus usos y costumbres, y más de sus manifestaciones
artísticas, bien podría vivir aquí”.
MC.- Genaro, ¿cuándo
tocaste tu primer acorde?, ¿cómo fue tu acercamiento con la trova?
GP.- Toco la jarana, mi
acercamiento más que con la trova fue con el arte de Pablo Neruda,
Germán Valdés “Tin Tan”, Charles Chaplin, Louis Armstrong, Gabriel Vargas,
Greco y Goya; mis padres estaban locos pero no pendejos, sabían algo de la vida o lo intuían, creo que fue así
como me acercaron al arte y fomentaron mi creatividad.
MC.- Escuché un par de
referencias políticas en tu disco “Salmón de asfalto”, cuando dices: “Imprimí
tu foto para marchar por las avenidas”, y encontré alguna consigna: “En estos
días de enero”, ¿qué tanto te interesa la canción social y de protesta?
GP.- “Salmón de asfalto” es la
metáfora que describe al inmigrante de cualquier parte del mundo. Las
fronteras son humanas, lo más cabrón es ser inmigrante dentro de sí,
no puedes fugarte de ti, podrás ser tu reo fugitivo, pero ¿por cuánto tiempo?, “Salmón
de asfalto” es la imagen que digo en este disco que presentaré en la Sala
Manuel M. Ponce del Jardín Borda. Me
interesa decir, por eso escribo, o al revés (risas), me interesa no
tratarme mal y en esa medida no joder a los demás, no creo en la
revolución, menos ahora, que hemos sido domesticados sistemática, descarada y
alevosamente.
MC.- El diseño de tu
disco “Salmón de asfalto” parece un escaparate, por las fotos de Mayra Martell
y el estuche con tonos de artesanía, ¿cómo eliges el repertorio de tu disco?
GP.-
El disco se hizo por complicidades y la amistad que
tengo con los cantautores que cobijan mis letras con música; por ejemplo,
con David Haro -sé que es una artista especial-, le di un texto que habla de
nuestro entorno, somos del Sotavento, del trópico, las imágenes no le son
ajenas, por ello se logró una canción así, con David Aguilar sucedió algo
similar. Lety Servín me habló un día y me dijo: “Patraka, hice la música para
un poema tuyo”, y así con cada uno de ellos hay algo en particular, pero
el común denominador es el amor por crear.
MC.- Kristos compuso la
primera letra de “Salmón de asfalto”, y Alfonso Maya colaboró con “A la
eterna”, ¿por qué invitaste a cantautores de Cuernavaca?, ¿qué vínculos
creativos, y de amistad, tienes en Morelos?
GP.-
Mi relación con la ciudad de Cuernavaca es
desde hace más de 20 años, yo venía cada domingo después de ser
asalariado entre semana, el domingo era el único día que tenía para
dedicarme, venía entonces a Cuernavaca y escuchaba cantar a Leonel Soto, Alfonso
Maya, Kristos Lezama, Alejandro Chávez “El Twinky”, los veía y decía:
cuando sea grande no quiero ser como ellos (risas). Me gusta lo que escriben,
lo que dicen sus canciones, sin pretensión, ni alevosía. Es por ellos que conozco
Cuernavaca y más de sus usos y costumbres, y más de sus manifestaciones artísticas,
bien podría vivir aquí.
MC.- ¿Qué tipo de
concierto presentarás el 17 de julio en Cuernavaca?, ¿quién te acompañará en el
escenario?
GP.-
Será un concierto acústico, en el piano estará Daniel Mahatma, nos acompañará
Mario Choperena en la guitarra y en los coros, yo leeré los poemas, será un
concierto electroacústico y poético, durante el concierto “Sin tipografía.
Spoken poesía” habrá proyecciones de diferentes imágenes.
MC.- En tu disco se
escuchan voces “en off” y sonidos del ambiente: timbres, aullidos, risas,
etcétera. ¿Tiene que ver con tu participación en el mundo audiovisual?,
¿querías dejar un registro de la atmósfera durante la producción?
GP.-
La grabación del disco tiene esa parte humana para quitarle lo solemne a la poesía
que se lee con traje y corbata; para quitarle lo aburrido grabamos el disco con
mancuernas de cantautores, dejamos a elección de cada uno la manera de
musicalizar el poema, con la complicidad que da la amistad, el común
denominador es la afinidad con el arte.
MC.- ¿En qué consiste el
proyecto documental que grabaron en colaboración con la historiadora chilena
Mercedes Rojas?
GP.-
La doctora Mercedes Rojas y yo estamos haciendo el documental: “50 años de
canción y poesía en México”, sobre cómo ha sobrevivido la canción y la poesía,
entrevistamos a Jaime López, Ricardo Castillo, Gerardo Enciso, Rodrigo Solís y “El
Mastuerzo”, queremos abordar el lapso de 1978 a 2008, hemos trabajado el
documental paralelamente al disco “Salmón de asfalto”.
MC.- En “Xico” cantas:
“nunca he sido bueno para responder mails”, ¿cómo podemos encontrarte en
twitter o Facebook si sigues al pie de la letra la canción Xico?, ¿qué
significan las redes sociales para un trovador del siglo XXI?
GP.-
Es una crítica a la falta de poder hablar en público, yo empecé a escribir
porque no podía hablar, no podía decirle a la gente lo que pienso, en la
escuela no podía preguntarles a las niñas si querían ser mis novias, o no podía
reaccionar ante la injusticia de un maestro, por eso comencé a escribir. En el
texto de “Xico” hago evidente que estamos muy cerca en las redes sociales, pero
no podemos vernos ni tocarnos, no hay un diálogo profundo, las redes sociales
tienen un doble filo.
MC.- También haces una
declaración de principios: “No escribo poesía amorosa”, sin embargo “Deshojada
a destajo” es un poema. ¿Por qué te cuesta trabajo admitir la poética narrativa
en tu disco?
GP.-
Sí, me cuesta trabajo admitirlo; veo una especie de compromiso al tener que
corresponder por obligación al papel de poeta, me cuesta trabajo asumir mi
oficio. A veces me da miedo cuando la gente le llega a tener cierta estimación
a mi obra poética, creo que son varios factores por los que nunca digo que soy
poeta.
MC.- En “Lluvia llueve
llagas” encontré una referencia al sur, sólo mencionas el sur de la ciudad, y provienes
del sureste del país, pero más allá de México, ¿qué cantautores de Sudamérica
acostumbras escuchar?
GP.-
Soy del sur, de Sotavento, de un pueblito de
Veracruz, tierra secuestrada por el gobierno de Javier Duarte y los narcotraficantes.
En el DF también vivo en el sur. La primera vez que salí de mi país fue al sur,
a Argentina; la música que escuchaba de niño era del sur, mis papás me ponían
los discos de Mercedes Sosa, Inti-Illimani, Illapu, Víctor Jara, Facundo Cabral
–yo le digo de cariño “Facundo Cabrón”-; mis composiciones hacen referencia a
mi pueblo sureño, a mis usos y
costumbres, a las tradiciones del sureste, soy sur: con la vegetación, con las
iguanas y las jaranas, con el fandango, con la comida que se produce en mi
región y la música; intento acercarlos al sureste, a la gente que quiera
escuchar la música del sur.
MC.- Finalmente, ¿qué
estás escribiendo y componiendo?, ¿cuándo saldrá tu nuevo disco?
GP.-
Estuve diez años sin crear algo que mí me gustara, el año que salí de gira por
México y Argentina comencé a vivir cosas diferentes y comencé a escribir cosas
diferentes, ahora estoy clavado en los temas del disco “Salmón de asfalto II”,
cuando terminamos la primera parte los amigos me dijeron: “vamos a hacer más
canciones”. Paralelamente estoy trabajando un poemario acompañado rítmicamente
con puro zapateado, lo que se baila en los fandangos de la sierra veracruzana,
donde no está tan manoseada la tradición, ni tan prostituida la música popular,
en eso estoy trabajando versos acompañados por el ritmo del zapateado.