lunes, 4 de julio de 2016

Entrevista con la Cartelera Cultural

Mario Casasús: “La Tallera debería reivindicar la visita de Neruda”
Por Hernán Osorio*

Cuernavaca.- El pasado 10 de junio en el Espacio cultural Aquí estuvo Zapata, ubicado en la Plaza Moctezuma (lugar que por muchos años albergó el hotel del mismo nombre, el cual entre 1911 y 1916 fungió varias veces como comandancia del Ejército Libertador del Sur, liderado por el general Emiliano Zapata) se presentó, mediante rounds para ir abordando cada uno de los capítulos del libro Pablo Neruda en Morelos 1941-1966, del escritor y periodista Mario Casasús (publicado por la editorial independiente Libertad bajo palabra), contó con la participación del fotógrafo y cineasta mexicano Óscar Menéndez, y con las ilustraciones –en la portada y contraportada- del caricaturista Hugo Ortiz. 
En entrevista para la Cartelera Cultural, el autor, Mario Casasús, nos platica acerca de esta publicación y la relación que Pablo Neruda y David Alfaro Siqueiros tuvieron con Morelos, la Ley Puente y su próximo libro sobre el poeta chileno.

-¿Cómo describirías al Estado de Morelos en la época de Neruda?
-Neruda escribió en sus memorias: “La sal del mundo se había reunido en México. Escritores exiliados de todos los países habían acampado bajo la libertad mexicana, en tanto la guerra se prolongaba en Europa”. Cuernavaca era una réplica de los dos mundos: por los escritores y los efectos de la guerra. Es decir, había una comunidad creativa que visitaba Cuernavaca y una comunidad nazi. La novela Bajo el volcán de Malcolm Lowry denunció que Cuernavaca: “era un nido de fascistas” y un reporte del FBI al Departamento de Estado norteamericano subrayó el peligro del grupo fascista que se reunía en Cuernavaca. Varios alemanes nazis golpearon a Neruda en el Hotel Parque Amatlán (Av. Cuauhtémoc, frente a la Escuela 20 de noviembre), la agresión marcó al poeta chileno, después se reconcilió con Morelos, porque la Ley Puente facilitó el divorcio de Neruda de su primera esposa (Maruca Reyes) y contrajo nupcias en Tetecala con Delia del Carril.

-¿En qué consistía la Ley Puente?
-El cronista Valentín López González Aranda me ayudó a entender los antecedentes de la Ley Puente: “el 11 de diciembre de 1915, los zapatistas realizaron un proyecto para crear una ley sobre el matrimonio, esta iniciativa facilitaba la terminación del vínculo matrimonial por desavenencia, es decir, por falta de acuerdo, pero para que se permitiera la ruptura definitiva a los interesados, tenían que permanecer separados por un periodo de al menos 5 años; durante este periodo y ya divorciado el hombre quedaba siempre obligado a dar alimentación a la mujer mientras no contrajera nupcias nuevamente”, según la investigación de Valentín López González: “El 15 de agosto de 1927 al publicarse en el Periódico Oficial del Estado de Morelos (número 249) la ley del divorcio, después sería conocido como Código Puente (Ley Puente), debido a que había sido promulgada por el gobernador interino Ambrosio Puente, se estipulaba que después de un año de matrimonio el divorcio voluntario podía ser interpuesto ante un juez, aunque el acto que se trata de disolver hubiera sido realizado fuera del Estado, la terminación de la unión podía ser solicitada por ambos cónyuges, o por uno, otro aspecto clave es que no exigía el requisito de residencia del cónyuge demandante para iniciar el juicio de divorcio en el Estado de Morelos”. Era el paraíso de los divorcios al vapor, deberíamos retomar el ideario zapatista en materia de divorcios.

- ¿Los habitantes de Tetecala recuerdan la boda del poeta?
-No, murió el alcalde que firmó el acta de matrimonio. Tal vez todavía podemos encontrar a personas que conocieron a Neruda en Tetecala, o ubicar fotos de la boda, o testimonios indirectos de los hijos de algún invitado a la boda. Pero el día que fui al Registro Civil de Tetecala, los funcionarios no sabían que tenían un documento con la firma de un Premio Nobel de Literatura.

-¿Cuándo regresó Neruda a Morelos por última vez?
-El 29 de junio de 1966 visitó a David Alfaro Siqueiros en su casa/estudio de Cuernavaca, de hecho, pienso que La Tallera debería reivindicar la visita de Neruda, sus declaraciones a la prensa son históricas, Neruda dijo al periódico Novedades: “Me impresionó mucho el nuevo mural en que está trabajando Siqueiros en Cuernavaca que es uno de los más grandes que se hayan realizado nunca. El tema es la marcha del hambre a través de las edades. Se trata de una obra monumental en todo sentido, y el genio de Siqueiros está allí en todo su esplendor” (30 de junio de 1966).

-¿Qué puedes decirnos sobre la amistad de Neruda y Siqueiros?
-En el capítulo “El muralismo y La Tallera” cuento que el poeta chileno liberó a Siqueiros de la cárcel de Lecumberri, estaba preso por atentar contra León Trotsky (1940). Años después, Siqueiros regresó a Lecumberri por criticar al presidente López Mateos, Neruda intentó rescatar a su amigo, se reunió con el presidente, pero no consiguió la libertad de Siqueiros; durante la espera en el aeropuerto Neruda escribió un poema exigiendo la libertad de su amigo. Finalmente, López Mateos otorgó el indulto presidencial a Siqueiros en 1964 y el empresario Manuel Suárez (dueño del Casino de la Selva) lo invitó a pintar un mural en la Capilla Siqueiros, lo que ahora conocemos como “La marcha de la humanidad” en el Polyforum de la Ciudad de México. Neruda escribió el prólogo del catálogo de la Colección Carrillo Gil (pinturas de Siqueiros, Rivera y Orozco), en Cuernavaca intentaron hacer un libro sobre los murales de Chillán, pero no concretaron el trabajo a cuatro manos, en cambio reunieron una carpeta con algunos poemas del Canto general y 10 litografías realizadas en Lecumberri (1968); finalmente, en el libro Confieso que he vivido (1974), Neruda contó los pormenores de la operación para liberar al artista y lo describió: “Siqueiros es la explosión de un temperamento volcánico que combina asombrosa técnica y largas investigaciones”. 

- ¿Estás siguiendo alguna pista en particular sobre Neruda?
-Sí, investigo su epistolario mexicano. La semana pasada conversé con la historiadora Raquel Huerta-Nava para saber si conserva las cartas de Neruda a Efraín Huerta, lamentablemente Raquel no ha terminado de ordenar el archivo de su papá, no pierdo la esperanza, por lo menos sabemos que sobrevive una carta de Gabriela Mistral a Efraín Huerta, veremos si aparece algo relacionado con Neruda.
En el caso del abogado José Iturriaga Sauco, murió intestado a los 97 años, su hijo José N. Iturriaga es mi amigo, su papá tenía todos los libros de Neruda autografiados, pero su biblioteca con 20,000 volúmenes está en litigio testamentario; probablemente en el archivo de José Iturriaga aparecerán algunas cartas de Neruda. El 22 de octubre de 2014 publiqué un poema inédito de Neruda dedicado a Juan Rulfo, sigo buscando alguna carta o postal, con la ayuda de la Fundación Rulfo, pero a la fecha no han encontrado nada en sus archivos, el poema inédito fue todo un hallazgo, admiro a Juan Rulfo por encima de cualquier narrador de Latinoamérica y la fotografía de mi amiga Sara Facio fue el broche de oro para ilustrar mi investigación.

- ¿Podrías compartir el poema inédito de Neruda con nuestros lectores?
Aquí, sobre
estas olas
está el recuerdo
de tantas
lágrimas
que han
navegado
a través de
días y años
en la soledad
de una  luna
olvidada.
Para ti querido
Juan nace
este canto
perdido a
orillas del
mar.
Pablo Neruda
Para Juan Rulfo
querido amigo
de paso por Isla Negra
1969.

- ¿Todavía sobreviven amigos de Neruda en Morelos?
-Sí, hay una gran comunidad de exiliados chilenos que se quedaron a vivir en Morelos, recuerdo que en Cuernavaca entrevisté a Jaime Maturana (trabajó con Neruda en Isla Negra); también está en Cuernavaca el documentalista Óscar Menéndez, no fue una amistad cercana, pero conversaron en Praga y se fueron de farra, se reunieron en París y quedaron de verse en Santiago de Chile, invité a Óscar para hablar de Neruda en la presentación de mi libro, abrimos un diálogo -en lugar del acartonado monólogo que se acostumbra en estos casos-, nos reímos y aprendimos con los comentarios de Óscar, además recibí la mejor crítica literaria, Óscar Menéndez escribió en Facebook: “Fue un banquete de la historia de Morelos y como hilo conductor el Premio Nobel Pablo Neruda. El respetable público alucinaba con los rounds y con los grandes eventos que narra el pequeño gran libro de Casasús; pocas veces he gozado tanto en una presentación como la que tuvimos en el Espacio cultural Aquí Estuvo Zapata” (10 de junio de 2016).

- ¿Dónde te gustaría presentar tu libro Pablo Neruda en Morelos?
-En la mayoría de los municipios del estado, en Tetecala -por la boda-, y en Jojutla –por su divorcio-, en Cuautla –porque visitó el Zócalo y el balneario Agua hedionda- y en Tepoztlán –porque visitó a una pintora en las faldas del tepozteco-, también me gustaría presentar mi libro en La Tallera de Siqueiros, o en el Jardín Borda, en La Casona de Spencer, en los lugares que conoció Neruda en Morelos.

- ¿Escribirás otro libro sobre Pablo Neruda?
-Estoy escribiendo un libro para desmitificar la teoría del asesinato de Neruda, dediqué 13 años de mi vida profesional a investigar la biografía de Neruda, entrevisté a los biógrafos más importantes y a los amigos del poeta chileno, pretendo ser un “(n)erudito”. Tengo elementos para demostrar que Manuel Araya mintió durante el juicio que permitió la exhumación del poeta, ahora todo está claro: Neruda padecía un cáncer terminal, tenía planeado llegar al Instituto Nacional de Cancerología (ubicado en Tlalpan), no había medicamentos en Chile por el contexto previo al golpe de Estado y lo afectó la depresión al escuchar las noticias de sus amigos asesinados, exiliados y torturados. Neruda murió por el cáncer, por las infecciones que padecía y por la falta de medicamentos, no fue asesinado, los exámenes forenses demostraron que no había ningún veneno en los huesos de Neruda.


*Entrevista publicada en la edición impresa de la Cartelera Cultural (julio). El periodista Mario Casasús presentará su libro: Pablo Neruda en Morelos 1941-1966, el viernes 15 de julio (17 hrs.) en La Tallera de Siqueiros, acompañado por la escultora Estela Ubando y el pintor Carlos Kunte, discípulos de Siqueiros en La Tallera (ubicada en la calle Venus #52, colonia Jardines de Cuernavaca).